Como siempre partimos desde el Bar que hay frente a la gasolinera Jaime I de la vía de servicio de la A-3, encontrándonos a las 8 de la mañana Toni (Japama), Isidoro, Ramón, Miguel, Jorge y Alonso. Como el día no acompañaba mucho (chispeando a ratos) se decidió por mayoría absoluta cambiar la ruta prevista (Marines Viejo) por la peligrosidad que pudiera conllevar al estar el suelo mojado por una salida de hermandad y reencuentro por la ciudad de Valencia 

Para ello tomamos los vehículos y nos dirigimos hasta la Alameda, lugar donde aparcamos los vehículos y nos dirigimos por el antiguo cauce del Río Turia hacia la zona final de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, para tomar la Avenida Baleares y llegar hasta el mismo puerto de Valencia. Desde allí fuimos callejeando por la zona de la Malvarrosa hasta llegar a nuestra primera meta (Bar la Pascuala), donde tratamos de almorzar o reservar mesa para el almuerzo, cosa que se alargó entre una hora y hora y media, por lo que decidimos seguir caminando por Eugenia Viñes hasta la Patacona (para hacer tiempo)

Tras alcanzar la mitad de la Patacona decidimos dar la vuelta para regresar hasta el lugar del almuerzo ya que habíamos consumido aproximadamente esa hora de espera que nos habían indicado, si bien al llegar a dicho lugar nos indican que todavía había que esperar otros 30 minutos, por lo que decidimos ampliar el grupo y que Helena se uniera al grupo, que aunque no se había ganado el almuerzo porque no había andado, era tiempo de reencuentros (Toni con el resto del grupo y Helena con el resto del grupo), si bien aún no era nuestra hora de almorzar y, otra vez, por mayoría absoluta se decidió cambiar el lugar de almuerzo, por lo que nos dirigimos andando para no romper los buenos hábitos (bueno Isidoro fue en coche con Helena pero sería para hacerle compañía), hasta la zona del Mercado del Cabanyal, donde almorzamos tranquilamente

Esos momentos sirvieron para “aclarar” los objetivos de los grupos JAPAMA y MONTAÑEANDO, mismos objetivos misma gente pero no se pusieron de acuerdo, aunque el pacificador Alonso lo intento en varias ocasiones, por lo que se trató de “aclarar” la situación tras una pequeña caminata desde el Cabanyal hasta la Avda. Manuel Candela, concretamente hasta la Bodega Fila El labrador, lugar donde se intentó poner paz de nuevo y llegar a un acuerdo para que Toni no se sintiera “apartado” del grupo y el resto del grupo se sintiera más “útil” en la finalidad de ambos grupos (andar por la montaña pasándolo bien), llegando a un acuerdo que más o menos contentaba a todas las partes, firmando un pacto con un brindis por “andar por la montaña” en general sin nombres ni apellidos, por lo que una vez firmado el pacto verbal, continuamos con nuestra ruta hasta los coches

 

Cabe destacar que Isidoro se comportó como un niño de 20 años, no tosió, aguantó el ritmo del resto,…, por lo que ya sabemos que lo suyo es bajar pedreras y hacer rutas por la ciudad de bodega en bodega.

            Una vez en los coches se procede con las “despedidas” en principio un hasta la semana que viene pero al llegar a casa a escribir estas líneas parece que es un Adiós y que os den, extremos que se irán viendo a lo largo de estos días, por lo que se puede decir que la función de pacificador de Alonso no ha servido para nada (Alonso 0 – Guerra JAPAMA-MONTAÑEANDO 1)

            Bueno hasta la semana que viene y a ver como discurre la semana.